No hay día en que no encontremos noticias y avances en el mundo de la tecnología blockchain. La cadena de bloques descentralizada ha captado por completo el interés del gran público. El reclamo de una esperanzadora revolución de la industria financiera ha servido para que la prensa generalista no aparte el ojo mediático de criptomonedas como el Bitcoin o el Ether. De hecho, hoy en día, el término criptomoneda no resulta ajeno para el gran público e incluso algunas instituciones públicas como el Ayuntamiento de Barcelona han decidido apostar por el desarrollo de una ICO’s local. Smart contracts
¿En qué consiste un smart contract?
Un contrato inteligente o smart contract es un código o protocolo informático que facilita verificar y hacer cumplir un contrato de manera automática. Aunque existe discusión acerca de la necesidad o no de acudir a agentes externos para ejecutar la condición prevista, lo que está claro es que aportarán agilidad al sector de los negocios. Estos contratos funcionan en la cadena de bloques y, a priori, no necesitan la intervención de las personas para comprobar y ejecutar su cumplimiento.
En resumen, los smart contracts son instrucciones codificadas que se ejecutan cuando ocurre un evento.
Como ejemplo, se acostumbra a explicar el caso de una casa de apuestas. Supongamos que queremos apostar una cantidad de dinero X a que el Barcelona gana la liga. Para ello deberíamos crear una cuenta neutral controlada por un smart contract, a la cual cada una de las partes debería abonar X criptomonedas. Una vez finalizada la liga, si el FCB ha resultado ganador, el propio contrato, accederá a una base de datos oficial, comprobará el ganador de la liga de fútbol y automáticamente enviará los fondos al vencedor de la apuesta.
Sistemas como PayPal usan actualmente los denominados contrato de depósito, a través de los cuales un intermediario conocido como agente de depósito en garantía audita el cumplimiento de ciertas condiciones pactadas en el contrato para activar, en su caso, los protocolos que permitan efectuar esa transacción. Pese a la agilidad de Paypal, el potencial de esta tecnología nos permite prescindir del propio intermediario, es decir de Paypal, y, además nos garantiza la ejecución de la transacción sin renunciar a la seguridad actual. En este ámbito, actualmente Ethereum es la plataforma de smart contracts más destacada de la red.
¿Por qué tanta expectación?
La razón principal de la expectación generada por la aparición de los contratos inteligentes se debe a la posibilidad que brinda blockchain de permitir que las personas, por sí mismas, hagan cumplir los contratos en el mundo real sin necesidad de un intermediario físico, es decir, sin necesidad de un juez o un árbitro.
A modo de ejemplo, actualmente, frente al incumplimiento de un contrato por cualquiera de las partes vinculadas, el mecanismo de resarcimiento de los daños y perjuicios pasa por acudir a un intermediario, proporcionado y respaldado por el poder público.
Este intermediario recibe el poder coercitivo del Estado para hacer cumplir el principio de la salvaguarda de nuestros derechos. Por lo tanto, sin la figura del intermediario, ninguna de las partes puede acceder al pleno cumplimiento de sus derechos. Además, en caso de resarcimiento económico, también necesitamos la figura intermediaria de una entidad financiera que se encargue de realizar la transferencia bancaria de los fondos de una cuenta a otra. En consecuencia, el cumplimiento efectivo se ralentiza notablemente y se hace depender de figuras subjetivas susceptibles de incurrir en error.
Un enorme potencial
En la industria de seguros, es sencillo vaticinar el éxito de los smart contracts. Actualmente, incluso una reclamación simple puede tardar varias semanas en resolverse, con los costes en personal que supone ese proceso burocrático.
Los contratos inteligentes funcionan de manera excepcional cuando tratamos de regular condiciones de pago. Por ejemplo, si firmamos un seguro que nos cubre frente a condiciones climáticas adversas, podríamos despertarnos a la mañana siguiente y descubrir que hemos recibido el pago antes incluso de saber que habíamos sufrido una pérdida.
En los contratos de préstamo, el smart contract nos permite revocar automáticamente las claves digitales de acceso a fondos en caso que el deudor no efectúe el correspondiente pago.
En contratos de compraventa de mercancías, el comprador del bien o servicio abona el pago a la cuenta del contrato y el mismo smart contract supervisa a través de los programas de mensajería (Correos, MRW, SEUR…) que la mercancía se ha transferido al comprador. Finalmente, el contrato inteligente se ejecuta abonando los fondos de la cuenta depósito al vendedor.
En herencias, a través de un proceso automatizado y conectado con el registro civil, el contrato entra en vigor tras verificar la inscripción del fallecimiento y los activos previstos se distribuyen de manera autónoma entre los herederos.
Para supuestos de donaciones, podría establecerse como condición de activación la mayoría de edad de un hijo. En ese caso, el smart contract se ejecutaría automáticamente para realizar la asignación de los bienes en donación.
También pueden resultar útiles a la hora de limitar el gasto público o privado a unos supuestos concretos, como por ejemplo en una zona geográfica, en una fecha concreta, etc. Estaríamos ante un dinero programable útil para ser utilizado en empresas privadas, instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales a la hora de limitar el problema de la corrupción.
¿Cómo funciona?
El código que constituye el contenido del contrato se almacena en la cadena de bloques, un libro virtual que registra todas las transacciones de una determinada criptomoneda. El código debe basarse en reglas lógicas (si pasa X, entonces Y) y condiciones (que pueden interactuar con dispositivos autónomos como sensores de IOT). El resultado es un acuerdo virtual blindado con todas las eventualidades cubiertas, de manera que si todas las partes entregan lo acordado, no existirá posibilidad de fraude.
En ocasiones resulta imprescindible acudir a agentes externos que verifiquen el cumplimiento de una condición. A estos agentes se les denomina oráculos. Los oráculos son instrumentos informáticos que permiten validar las condiciones previstas en los smart contracts. Generalmente hacen referencia a información externa para decidir si una cláusula del contrato ha sucedido o no. De esta manera, una vez que el oráculo obtiene la información y la contrasta, el contrato se ejecuta y la transacción se produce.
En resumen…
A pesar de todo lo comentado, aunque blockchain todavía se encuentra en una fase temprana de desarrollo, podemos afirmar sin riesgo a equivocarnos que el potencial que nos brinda, nos permitirá introducir cambios en el modo de “intercambiar valor” a través de los canales digitales. Así, de la misma forma que internet nos trajo el intercambio de información de forma ágil y sencilla, esta tecnología introducirá una nueva forma de intercambiar valor entre negocios, instituciones y particulares.
Además, de la mano de la automatización viene aparejado el concepto de justicia y transparencia. Sin duda, los smart contracts aumentaran la velocidad de la ejecución de las transacciones, lo que se traducirá eventualmente en la posibilidad de cerrar un mayor volumen de acuerdos con menor riesgo al cumplimiento.
Artículo publicado en diario El País Retina.
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