Con el auge de los eSports y la profesionalización del sector, cada vez más es necesaria una legislación específica que regule correctamente los clubes, pues actualmente, en su mayoría, están consolidados como sociedades limitadas. Es importante destacar, la necesidad de concretar diversos aspectos laborales y crear medidas específicas con efectos en la relación laboral entre los profesionales (jugadores) y los equipos (clubes).
¿Cuál es la relación entre el jugador de eSports y el club?
Actualmente, lo más adecuado es que la relación entre los jugadores de eSports y sus clubes sea una relación de carácter laboral.
Del mismo modo que sucede con otros deportes profesionales (los tradicionales), la relación existente entre los jugadores de eSports y los clubes cumple con las siguientes características establecidas en el artículo 1 del texto refundido del Estatuto de los Trabajadores: regularidad, voluntariedad, ajenidad, dependencia y remuneración.
En virtud de lo expuesto en el párrafo anterior, podemos considerar que existe una relación laboral entre los jugadores de eSports y los clubes, con las ventajas que ello conlleva para los propios jugadores, puesto que la suscripción de un contrato laboral entre las partes siempre proporciona una serie de garantías para los trabajadores (en este caso, para los jugadores del club).
Por otro lado, desde el inicio de la actividad en este sector han existido otras formas de remunerar a los jugadores consistentes por ejemplo en la remuneración por derechos de imagen. En este caso, los jugadores son remunerados únicamente por la cesión de estos derechos (generando un contrato mercantil, no laboral). Hasta que se realice una regulación específica para el sector, este contrato por derechos de imagen no debería suplir al contrato laboral entre club y jugador.
¿Por qué puede considerarse una relación laboral entre jugadores de eSports y clubes?
En la mayoría de casos, la relación entre jugador y club cumple con las características de una relación laboral en función de lo estipulado en el artículo 1 del texto refundido del Estatuto de los Trabajadores y que consisten en:
- Regularidad: al igual que en otros deportes, como el fútbol, los jugadores dedican un espacio de tiempo constante y determinado para preparar las competiciones y “entrenar” junto a los compañeros del equipo. Además de participar en competiciones de manera regular. Por lo tanto, los jugadores están sujetos a un calendario preestablecido que han de cubrir entre las actividades de preparación y entrenamiento así como en las de participación en las propias competiciones.
- Voluntariedad: Los jugadores forman parte del equipo por voluntad propia, firmando acuerdos válidos entre la empresa (club) y los profesionales que deciden formar parte de este.
- Ajenidad: El jugador no asume riesgos por la ejecución de su profesión. La remuneración del jugador debe ser independiente a los resultados del club (excepto la remuneración adicional por objetivos que puede acordarse como en cualquier otra relación laboral). El club se beneficia del trabajo del jugador, puesto que se beneficia de los premios y recompensas obtenidas en las competiciones.
- Dependencia: El jugador sigue el calendario y programación del club, debiendo cumplir con las órdenes de sus responsables y acudir siempre a las citas fijadas. Una muestra de tal dependencia consiste en que el jugador debe seguir las instrucciones y emplear las estrategias diseñadas para las competiciones por parte de su entrenador. Del mismo modo, el jugador debe someterse a la disciplina del equipo y acatar las órdenes establecidas (siempre sin que exista una subordinación absoluta).
- Remuneración: en concordancia con lo expuesto en el apartado de la ajenidad, normalmente los jugadores de eSports perciben una remuneración económica periódica en contraprestación a las actividades que desarrollan como miembros del equipo. Es por ello que consideramos que en estos casos los jugadores han de recibir esta remuneración como salario dentro del marco de la relación laboral existente entre jugadores y clubes, y no como una compensación por la cesión de derechos de imagen a través de una relación mercantil.
Como hemos comentado con anterioridad, la falta de regulación oficial de los aspectos laborales de los eSports, conlleva a que sea difícil que los jugadores exijan derechos en tanto a su relación laboral con los clubes y a la remuneración que perciben por parte de los mismos por su actividad real como jugadores.
¿Debe existir siempre una relación laboral en los eSports?
Bajo nuestra perspectiva, durante los próximos años las relaciones entre clubes y jugadores deberían considerarse siempre como relaciones laborales. Para ello es necesario que regularice los eSports como disciplina deportiva (relación laboral de deportistas profesionales), o que se establezca una normativa específica para los eSports.
A nivel internacional, ya se están aprobando una serie de medidas en relación a los aspectos laborales de los Gamers profesionales y los clubs de eSports. Por ejemplo, en EEUU (que dota de visados de permanencia temporal a los jugadores de eSports como deportistas profesionales), y en Francia (que ha añadido “jugador de videojuegos” en su código del trabajo para aquellos que participan en competiciones de videojuegos remuneradas desde empresas autorizadas).
Para garantizar la seguridad en el ámbito laboral de los Gamers profesionales, éstos deberían considerarse deportistas profesionales en un futuro inmediato. Las lesiones en este sector son frecuentes y sin la existencia de una regulación laboral concreta en este sector, no gozarían del reconocimiento adecuado en cuanto a las enfermedades profesionales o accidentes durante su actividad profesional. Estas lesiones pueden conllevar a grandes repercusiones económicas para los clubes y para los jugadores, que pueden quedarse totalmente desamparados a tenor de lo dispuesto en la legislación vigente.
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