Rodearse de personas preparadas y capaces que puedan ayudarnos a desarrollar nuestro modelo de negocio es fundamental. Sobretodo si estas personas cuentan con experiencia en un área específica que no tenemos cubierta. Esa es la figura que cubre el mentor, que puede desarrollar un papel muy importante en una startup. Generalmente quien desempeña ese rol es un profesional con amplia experiencia en el mundo de los negocios y puede ayudar al emprendedor con ideas, contactos, percepciones contrastadas sobre qué puede o no funcionar en la empresa.
Sin embargo, últimamente ese rol se ha sobredimensionado. Parece casi obligatorio para una startup establecer una relación con un mentor o advisor que asesore o guíe al equipo emprendedor. Tal es el caso que muchas aceleradoras o incubadoras promocionan su red de mentores prácticamente como el aspecto más atractivo de valor añadido para sus potenciales proyectos, como si estar al lado de una persona determinada garantizará el éxito de la empresa.
No todas las startups necesitan un mentor y entablar esta relación supone valorar una serie de aspectos importantes, tal como afirma aquí Iñaki Arrola.
Algunas entidades que ofrecen mentores de forma organizada y sistemática, no tienen en cuenta que cada proyecto es diferente y que sus necesidades varían en función de sus características particulares. Por ello, en este texto señalamos cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta para entablar y regular una relación startup–mentor.
En primer lugar, consideramos esencial que esta relación esté regulada por escrito en un contrato. Además, este contrato deberá detallar claramente los siguientes puntos principales:
¿Qué me ofrece el mentor?
Habrá que especificar qué servicios se compromete el mentor a prestar para la startup. Usualmente, el mentor ayudará al emprendedor en el desarrollo de su modelo de negocio, estrategia de marketing, presentación de contactos para conseguir financiación o inversión, entre otros aspectos.
A la hora de regular estas prestaciones, debe tenerse en cuenta que cuanto más amplias sean descritas sus funciones, menos probable será medir la eficacia de las mismas.
¿Cuál será la contraprestación del mentor?
Ser Mentor NO debería ser un modelo de negocio. Es decir, no debería ser el interés del profesional que asesora a la startup, obtener unos beneficios mayores de los que le corresponden. El interés genuino del mentor debería ser el de ayudar, aportar su grano de arena para promover la actividad empresarial y el crecimiento económico en general, “devolviendo el favor” a las nuevas generaciones de emprendedores por el éxito que él o ella ha alcanzado.
Por lo cual un mentor en una fase seed normalmente puede llegar a adquirir entre un 0,5% o 2% del capital de la empresa, por la prestación de sus servicios de asesoramiento durante un determinado plazo de tiempo, generalmente entre 1 y 2 años.
¿Cuál será la dedicación del mentor en la startup?
El mentor deberá comprometerse a prestar unas determinadas horas de su tiempo para ejercer sus funciones como asesor de la empresa. Toda incertidumbre al respecto no hará más que propiciar malos entendidos o desacuerdos en el futuro entre las partes.
¿Qué pasa si las circunstancias cambian?
A la hora de formalizar la relación entre mentor y startup, deberían preverse algunos cambios que puedan afectar a esta relación, por ejemplo:
¿Qué pasa si el mentor no puede continuar prestando sus servicios por circunstancias personales o profesionales, se le dará el 2% acordado al inicio? Al respecto, cabe señalar que debe existir cierta flexibilidad y lo justo sería que el mentor adquiera un porcentaje proporcional a lo que haya aportado a la empresa.
De la misma forma, habrá que prever la posibilidad de que el emprendedor considere que la ayuda del mentor no sea más necesaria, o incluso que el mentor no esté cumpliendo con las expectativas esperadas.
¿Cómo adquiere el mentor participaciones?
Las participaciones o acciones de una sociedad mercantil son adquiridas, ya sea mediante compraventa o suscripción de las mismas en ampliación de capital, es decir, en ambos casos pagando su valor.
Otorgarle un determinado porcentaje de la empresa a un mentor no significa regalar participaciones o acciones. Hay que valorarlas y que prever cómo se estructurará esta transmisión de participaciones o acciones, teniendo en cuenta las implicaciones fiscales y societarias que existan según las características de cada startup. Teniendo en cuenta lo anteriormente señalado, los emprendedores deben buscar a un mentor que realmente lo ayude y guÍe en su proyecto de conformidad a las necesidades de su startup.
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