Fuimos muchos los jóvenes que acogimos con agrado las medidas, aprobadas por el Consejo de Ministros a través del Real Decreto-ley 4/2013 del 22 de febrero, de apoyo al emprendedor, estímulo del crecimiento y la creación de empleo. Nos interesó en particular la medida que recoge aplicar una bonificación del 80% en el pago de las cuotas de la Seguridad Social los primeros 6 meses.
Pese a que la medida no suponía una solución global y presentaba cierto grado de discriminación respeto a las altas previas y a autónomos con trabajadores a su cargo, sí que se presentaba como una mejora sustancial para los jóvenes emprendedores que frecuentemente encuentran dificultades para hacer frente a las elevadas cuotas de la Seguridad Social (256,72€, cuota sin bonificación).
Una piscina sin agua
Como bien sabemos los abogados, de la realidad a la ley hay un paso, y, en este caso, el paso ha sido un tropiezo. Tras el anuncio de que en marzo ya sería posible efectuar un alta inicial como autónomo y pagar la cuota de la Seguridad Social de sólo 52,03€ (resultado de aplicar la bonificación del 80%), muchos fueron los jóvenes que se lanzaron a la piscina. Pero todavía no había agua.
El anuncio de la medida se hizo con anterioridad a la adaptación del sistema informático de la Seguridad Social, con lo que funcionarios tuvieron que empezar a emitir resoluciones de alta con bonificaciones erróneas pero con la promesa de que se llevaría a cabo la correspondiente corrección. En la mayoría de casos, sin embargo, no ha sido así, y los autónomos han visto como se les aplicaba la cuota íntegra de 256,72€, debiendo solicitar las correspondientes devoluciones y perdiendo un tiempo precioso en las salas de espera de las oficinas de la Seguridad Social.
La constante pérdida de tiempo con consultas e idas y venidas a la Seguridad Social no ha sido el único problema para muchos de los jóvenes autónomos que han visto como sus cuentas se quedaban sin capital para poder operar. A modo de ejemplo, dos meses de cuota de pago de la cuota íntegra de la Seguridad Social supone una diferencia de 409,38€ para el autónomo que creía estar bonificado, dinero que, pese a que finalmente parece que está siendo devuelto, puede resultar decisivo durante los primeros meses en los que uno inicia una actividad.
No sólo los autónomos privilegiados han encontrado problemas con la aplicación de dicha medida (recordemos que se ha excluido a los autónomos por edad y por alta previa) sino que también ha habido un retroceso por lo que refiere a las bonificaciones que recibían los jóvenes emprendedores. Correcto, parece una insensatez que una medida de “apoyo al emprendedor” devenga, a la práctica, en un menoscabo en los derechos consolidados para los jóvenes emprendedores, pero lamentablemente así ha sido.
Cuota sin bonificación para emprendedores menores de 30 años
Antes de la aplicación de la nueva medida, un joven emprendedor menor de 30 años que constituía una Sociedad de la cual él mismo era el administrador tenía una cuota bonificada en la Seguridad Social del 30% durante los 30 primeros meses (técnicamente 15 meses de bonificación y 15 meses de reducción). A raíz de la interpretación de la nueva medida realizada por la Administración de la Seguridad Social, actualmente el mismo autónomo que constituya hoy la Sociedad y sea el administrador de la misma, deberá hacer frente al total de la cuota sin bonificación alguna. Para el nuevo emprendedor, la nueva medida supondrá por lo tanto una pérdida de 2.310,48€ respeto a la legislación anterior.
Todos sabemos de la diferencia entre el parecer y el ser, pero en situaciones económicas como la actual duele que el parecer pese tanto y que el ser se quede en tan poco. Duele que no se aborden estos temas con la seriedad que merecen, que la burocracia pese tanto sobre la eficacia y que la realidad devenga en severa incomodidad. Esperemos que las nuevas reformas previstas atiendan de verdad y sin discriminaciones a las necesidades de todas aquellas personas con ganas de trabajar, de emprender, de salir adelante, y que se hagan de manera eficaz.
