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Bitcoin, oportunidad de inversión o burbuja

El valor a largo plazo de la moneda más «trendy» del momento sigue siendo un misterio absoluto. El precio del bitcoin se ha duplicado cuatro veces este año, alcanzando un incremento anual superior al 2.200%. abogado bitcoins

A principios de enero, un bitcoin valía alrededor de $1.000. En mayo, llegó a $2.000. En junio, ascendió a $ 4,000. En noviembre superó los $8.000 y dos semanas después, su precio era de $16.000. A día de hoy, el precio del bitcoin supera los $18.900.

¿A qué se debe el valor actual del bitcoin?

Este ascenso estratosférico fue consecuencia del anuncio que recibimos hace algunas semanas por parte de la Comisión de Comercio de Futuros y Commodities de Estados Unidos (CFTC) mediante el cual se confirmó que tanto el CME Group como el CBOE habían cumplido con los requisitos financieros necesarios para lanzar futuros de Bitcoin.

¿Pero, qué son los contratos de futuros de bitcoins?

Los contratos de futuros permiten a los operadores financieros especular sobre el precio de un activo sin tener que poseerlo. Los especuladores se benefician así comprando o vendiendo un contrato antes de que el precio del activo aumente o disminuya. En el mercado de futuros de Bitcoin de CME Group, cada contrato representa cinco Bitcoins.

Finalmente el pasado lunes 11 de diciembre a las 6 p.m comenzaron a cotizarse los futuros de bitcoins con un precio de apertura por contrato de $ 20,650. Según reveló CME, durante la primera hora se compraron más de 200 contratos. Además, se espera que otros gigantes institucionales como Nasdaq y Cantor Fitzgerald de Wall Street lancen productos alrededor de bitcoin en 2018.

Ok ¿Cuál es el problema?

El descubrimiento del bitcoin para un nuevo público y la promesa de beneficios inmediatos, ha generado una demanda desmesurada dispuesta a pagar cualquier precio por la criptomoneda. No obstante, debemos recordar que el bitcoin como tal no genera beneficios,  sino que se trata de una «moneda digital gestionada a través de una red descentralizada alrededor del mundo«.

Ninguna moneda «tradicional» duplica su valor mensualmente, a menos que se produzca una importante deflación de la economía (tal y como sucedió en 1937). ¿Debemos preocuparnos pues por la situación del bitcoin?

¿Estamos ante una burbuja financiera?

Definir e identificar burbujas financieras es más difícil de lo que parece (algo así como definir qué es un abogado especialista en bitcoins). El término burbuja se refiere  técnicamente a un activo cuyo precio excede drásticamente su valor intrínseco. Pero ¿quién determina el precio y el valor del bitcoin? No se trata de conceptos científicos descifrables a través de fórmulas matemáticas objetivas sino que deriva de la interacción entre compradores y vendedores cuyas necesidades y actitudes cambian constantemente.

A veces, detectar una burbuja es muy fácil. Imagínate tres empresas privadas que ofrecen el mismo servicio (empresa uno, empresa dos y empresa tres) con los mismos ingresos, gastos, mismo equipo con mismo talento y grupo demográfico de clientes idéntico. Digamos que las tres compañías comienzan el año con una valoración de mil millones de dólares; mientras tanto, la valoración pública de la empresa uno asciende a $ 2 mil millones, luego se duplica a $ 4 mil millones en un mes, y luego se duplica nuevamente a $ 8 mil millones en la semana siguiente. Sería bastante claro que la valoración de la empresa uno está algo inflada si la comparamos con la empresa dos y la empresa tres.

Pero, ¿qué sucede cuando una industria entera es una burbuja?

Cuando toda una industria podría basarse en una burbuja nos encontramos ante el siguiente gran problema: no tenemos elemento con el que compararla.

Un buen ejemplo de ello fueron las primeras compañías de Internet cuyas valoraciones se dispararon a finales de la década de ’90 y culminaron en la burbuja de las puntocom. Durante años, Internet Bulls defendió los precios de las acciones de compañías como Pets.com argumentando que, debido a la creciente digitalización de la economía y la naturaleza global de Internet, el crecimiento del número de usuarios era un elemento de valor más importante que las anticuadas métricas de pérdidas y ganancias.

Finalmente, una combinación de factores  -el fracaso de algunas grandes compañías de Internet, los cambios en el código tributario, el aumento de las tasas de interés y el agotamiento del capital de riesgo- contribuyeron a la explosión de la burbuja.

En cierto modo, la aparición de las criptomonedas tiene muchos paralelismos con la era de las puntocom, ya que no existe ningún elemento que nos permita determinar el valor «real» de algo como el bitcoin. Hasta el momento sabemos que el bitcoin es una moneda (como el euro), cuyos propietarios lo consideran un depósito de valor a largo plazo (como el oro), apreciado por el mercado como si fuera una colección vintage de muñecos (como Mighty Muggs), y que se ejecuta en una plataforma de blockchain, una tecnología que podría cambiar el futuro de la economía (como sucedió con Internet). ¿Cómo puede uno estar tan seguro de que el bitcoin es una burbuja si ni siquiera sabemos cuál es la comparación correcta: dólares, oro, Mighty Muggs o Internet?

Para resolver esta cuestión debemos plantearnos lo siguiente:

¿Por qué la gente compra oro?

Los inversores compran oro, no porque tengan grandes conocimientos económicos o hayan realizado un profundo análisis financiero, sino más bien porque no quieren dejar escapar el tren de la rentabilidad. Todo el mundo sabe que el precio del oro, como bien escaso y finito, cada día es mayor. Es por ello, simplemente, por lo que miles de inversores han confiado en la rentabilidad de la compraventa de oro. El término económico para este tipo de creencia irracional se denomina «teoría del tonto mayor».

Llegados a este punto, Bitcoin está siguiendo estrictamente los mismos pasos. Los inversores minoristas están saltando al mercado para comprar bitcoin, con la expectativa de que puedan vender sus inversiones por un precio superior a algún otro «tonto» más adelante.

Este mes de diciembre, las plataformas de bitcoins se han disparado en las listas de aplicaciones. Coinbase, el wallet de criptomonedas más famoso del mercado, es ahora la principal aplicación de tendencias en la App Store de Apple. Dos plataformas similares para supervisar las cuentas de criptomonedas, Gdax y Bitcoin Wallet, ahora son quinta y octava en los gráficos de tendencias.

Para la gente que descarga estas aplicaciones, probablemente Bitcoin no sea una apuesta filosófica (o incluso anarquista) sobre el futuro del capitalismo y el dinero sino que nos encontramos ante un frenesí especulativo entre inversores minoristas sin conocimientos financieros que simplemente buscan hacerse con dinero rápido a través de una app.

En noviembre, Bloomberg informó que «comprar bitcoins era más rentable que comprar oro», como si de un título SEO se tratara.

El peligro de una corrección inminente…

Hay otra característica importante del mercado de bitcoins que podría explicar su alta valoración y sugerir una corrección inminente. El mercado de criptomonedas se encuentra especialmente concentrado. Aproximadamente 1,000 personas poseen el 40% de todos los bitcoins en circulación, según Bloomberg .

Solo 100 cuentas de usuarios controlan el 17 por ciento del mercado. Muchas de estas cuentas han tenido Bitcoins durante años porque creen fervientemente en su valor. Pero si unas cuantas de ellas venden incluso una pequeña porción de sus acciones, podría descender drásticamente el precio de Bitcoin, lo que podría desencadenar una corrección masiva, ya que los inversores minoristas (que solo compraron porque el precio subía) intentarían vender en masa para evitar perder todo su dinero.

Sin embargo, existe una gran ventaja en esta concentración, que es el mínimo efecto de contagio. Si la burbuja de Bitcoin explota, es probable que no se propague a la economía en general, como ocurrió hace una década con la crisis de las hipotecas subprime.

Las burbujas más pequeñas de bitcoin se han inflado y desinflado antes, sin ningún efecto macroeconómico para la economía «real». En 2011, el precio del bitcoin subió de $ 1 a $ 30 y luego se desplomó a $ 2. Todo ello en el mismo año. Es por ello que no debería extrañarnos si en 2018 vivimos una caida del valor del bitcoin en unos cuantos miles de euros.

En Delvy Law & Finance, abogados especialistas en bitcoins, llevamos años ofreciendo asesoramiento legal en proyectos basados en tecnología blockchain, smart contracts, ICOs, operaciones con bitcoins y altcoins. Nuestra firma apuesta por un asesoramiento prudente, sensato y amparado totalmente en la legalidad como única vía para obtener una rentabilidad “real”.

 

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